Hoy cuando he llegado a Shambala estaba Ananda esperándome y eso me tranquiliza, estaba muy contenta y me ha saludado con alegría y me ha dicho: - ¡Venga, venga, que ya ha empezado la clase de danza! - Salimos corriendo y entramos en una sala...
Estaba llena de gente, hecha de estrellas y observe mi cuerpo y me di cuenta de que era de estrellas también. Había mucha algarabía y follón. De pronto me encontré inmerso en el movimiento y la danza...se generaban pequeños grupos y con nuestros cuerpos componíamos formas.
En el siguiente movimiento nos separamos, se escuchaba una música y la gente cantaba una melodía. Se comenzó a formar un círculo por afuera, luego se generó otro mas adentro y por fin tres personas se unieron en el centro y Ananda gritó: -¡ La Trinidad !...
Y todos comenzamos a cantar mas fuerte y del centro de los tres se formó una luz blanca que surgió como una estrella flotando en el aire y expandió su estela luminosa por toda la sala.
Seguidamente se disolvió la coreografía y comenzó una nueva, la gente gritaba y giraba, así nos pusimos en una cola, como en la Conga, Y se fue formando una espiral. Entonces los bailarines comenzaron a cantar desde detrás de la cola un sonido, que fue pasando de uno a otro, hasta llegar al centro y en ese momento todos cantamos juntos y otra estrella emergió en las manos del que estaba en el centro y Amanda gritó:- ¡ La Espiral !...
Sin parar de danzar nos dimos todos las manos y formamos cuadrados, uno mas grande en el exterior, otro en el medio y por fin cuatro personas en el centro con los brazos alzados y juntos. El canto comenzó a acelerarse y otra estrella salió expulsada y Ananda gritó:- La Pirámide!...
Entonces nos volvimos a mover todos y nos colocamos en cola otra vez, generando otra espiral, pero esta vez la gente comenzó a cambiar de color y cada uno teníamos un tono diferente, un sonido se escuchó al final de la cola, que fue avanzando hacia el centro, cuando llegó todos cantamos, y de ese ser surgió un gigantesco arco-iris y Ananda gritó:- ¡El Arco-iris!...
Todos nos reíamos y aplaudíamos con fervor, dábamos saltitos de un lugar a otro y nos cogíamos de los brazos y girábamos...era muy divertido, así estuvimos hasta que se disolvieron toda las luces del arco-iris.
Entonces se hizo un gran silencio, y fue como si se transformase la iluminación de la sala, y todo el mundo se apartó del centro y nos colocamos en un círculo...
De entre nosotros surgió una bailarina, que no se su nombre, era una mujer muy hermosa, sus gestos eran armónicos y llenos de belleza.
A medida que bailaba, sus estrellas cambiaban de forma y de color, y generaban al moverse imágenes maravillosas creadas con infinidad de puntos lumínicos que me recordaban un poco a esas lámparas de filamentos cristalinos...
La llamaban la danza de las estrellas, y en el ambiente se escuchaba una música muy espacial que guiaba sus movimientos..
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Entonces esa bailarina hizo un gesto muy amplio con su brazo y sus estrellas se abrieron como un abanico formando una imagen gigantesca que ocupaba toda la sala de la parte de arriba de una mujer con un rostro lleno de compasión y de dulzura...
Era la Madre Cósmica que como en un canto nos regaló estas palabras:
Yo soy la energía femenina del cosmos
Que me abro hacia la tierra
Y derramo en mi infinita bondad
Bendiciones para todos mis hijos por igual
Yo soy la Madre Cósmica
Vengo a hablaros de Amor
Amor por la vida y sus gentes
Amor por los niños y los ancianos
Yo soy la que nutre
La que acoge y la que entrega
La que acaricia al que sufre
La que amamanta al que tiene hambre
Yo amo a mis hijos
Amaos también entre vosotros
Ayudaros y sosteneros unos a otros
Yo no os abandono
Pero no os abandonéis entre vosotros
Bañaros en la luz de la compasión
El universo os acompaña
Con su canto y con su danza
Sois puntos de luz en la inmensidad
Y todos cabéis en mi regazo...
Que la prosperidad, el amor y la salud esté con vosotros...
Entonces la Madre Cósmica desapareció y Ananda chilló:
- ¡Danza libre!
Y todos nos pusimos a bailar, cada uno a su manera. Nos sentíamos contentos e inundados de amor, nos íbamos encontrando unos a otros y nos dábamos abrazos y nos queríamos mucho...
Entonces Ananda dijo:
¡Que la Madre Cósmica nos proteja a todos!...y se disolvió la clase de danza
Me fui a casa, era el primer día que volvía solo, que nadie me acompañaba hasta el camino de vuelta, y eso me hacía sentirme, como lo diría...mayor.
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