XVIII
La tortuga

 Hoy cuando he llegado a Shambala, me he encontrado en un lago enorme plateado y no había nada ni nadie.  De pronto sobre la superficie se materializó una cúpula y una pasarela para llegar al edificio.

 Me puse a caminar por ella, se zarandeaba un poco. Cuando llegué me encontré que estaba todo lleno de magos que iban de un lado para el otro.  Llevaban túnicas azul  obscuro con estrellas amarillas de seis puntas dibujadas. Me dieron una túnica igual, y nos sentamos en círculo. Los magos, moviendo las manos comenzaron a invocar algo...en el centro se comenzó a materializar una entidad.

 Entonces me empecé a encontrar fatal y a tener nauseas...miraba sin querer mirar lo que sucedía. Gracias a Dios entró Ananda corriendo en la sala y tomándome del brazo me sacó del círculo, me hizo devolver la túnica y me llevó afuera.
 Ya en la pasarela me contó que los magos de las estrellas era un reino de la ilusión, un reino paralelo a Shambala, y que no era mi lugar porque vivían en la ilusión del reflejo del creador.

 Entramos en el verdadero Shambala y caminamos por unos jardines, todo el camino estaba lleno de monjes ataviados con túnicas naranjas y la cabeza afeitada. Todos sonreían y eran muy jóvenes. Ponían entre la hierba, trozos de seda de colores brillantes y por encima pétalos de rosas y flores, hacía una brisa preciosa y todo volaba con el aire.

  Entonces llegamos a una cúpula con forma de pagoda, en su interior estaba orando una congregación de monjes budistas. Eran los seres naranjas, los iluminados de oriente, que con tambores y címbalos seguían las oraciones.

   Pasamos entre ellos por un pasillo que formaban con sus cuerpos y  llegamos ante un maestro de la tradición, llevaba la cabeza afeitada. Era un hombre de complexión pequeña de manos menudas, estaba sentado en un cojín y me hizo un gesto para que me sentase enfrente de él en otro cojín violeta...

  Me miraba con el rostro inclinado hacia abajo y con una sonrisa suspicaz como de quien puede leerte por dentro y me hizo las siguientes preguntas:

  Monje - ¿Por que estás triste?
  Nyako - Porque me siento solo y perdido - contesté
  M - Pero estás con todos nosotros
  N - Si, pero algo en mi no lo está...
  M - ¿Sabes lo que es, que no está? - Y junto sus manos en el pecho.
  N - Es una sensación de impotencia o de fracaso - le respondí
  M - Mira a tus hermanos, todos están felices de existir, están rezando y compartiendo. Tú eres igual que nosotros, te aceptamos y te queremos como uno más.
  Nuestros corazones y el tuyo están unidos en uno solo, en un solo rezo, en una sola oración...
  No, no estás solo mi amor, estás con todos nosotros y te queremos...

  Yo baje mi vista al suelo y me sentí aceptado, descendieron unas lágrimas por mis mejillas y me sentí un poco mejor. Estaba cansado de estar solo. Cuando volví a mirar hacia él, me lo encontré sonriendo con compasión intentando llegar a mi corazón a través de sus ojos.

  Entonces metió su mano entre el manto y sacó una tortuga pequeña hecha de Ojo de Tigre y mostrándomela me dijo:

Como este animal eres tú
Como la tortuga sagrada
Camina lentamente
Con su casa a cuestas
Lo mira todo despacio
Y su tiempo es diferente al de los demás
Tortuga sagrada
Camina por el sendero
Con el corazón abierto
Y siente a la felicidad entrando en él...

  Y despacito me coloco en las manos la tortuga y me la regaló. Me sentía triste y agradecido
Al mismo tiempo. El monje colocó sus manos delante de su rostro e inclino su rostro y me despidió. Me levanté del cojín y fui hacia Ananda y salimos de la pagoda.

  Una vez fuera empezamos a caminar y Ananda me comento en voz baja:

Tienes que tener paciencia
Los procesos son lentos
Ahora estás empezando a verte
Y tus heridas son antiguas y profundas
Pero no temas que la luz llegará
Y podrás ser feliz en tu corazón

Ahora ve en paz y tranquilo
Tú y tu tortuga
Seréis siempre recibidos
En el reino de Shambala...