XV
El perdón

  Hoy solo abandonar mi cuerpo, me he encontrado en la pasarela que va hacia arriba y he dejado a Shambala detrás, supe en ese momento que iba a trabajar en la ascensión.

 Crucé las nubes y me encontré con Raphaela esperándome, me hizo sentir mi túnica y nos pusimos a caminar. Raphaela es un ser lleno de paz que se mueve muy despacio y que está lleno de amor y de bondad...

  Llegamos a una cúspide de nubes y Raphaela me dijo que observara el paisaje hacía abajo, allí vi a cantidad de seres parados, de pie, sin moverse, todos eran de color grisáceo y sentí que existía  una profunda tristeza entre ellos...

  Como si algo horrible les hubiera sucedido y se  hubiesen quedado paralizados del miedo, congelados a través de eones del tiempo...me hacían sentir una terrible angustia, me giré hacia Raphaela y le pregunté que era lo que  les sucedía a esos seres y quienes eran...

  Ella me contestó que esos seres eran todos a los que yo había herido, maltratado, humillado, mentido, matado, torturado y quién sabe que mas cosas horrendas había yo perpetrado en otras vidas y en esta. Los miré con estupefacción, de ver que había ingerido tanto daño a tantas personas y mareado caí de rodillas y comencé a gritar:

  ¡ Perdonadme todos, con el corazón en mis manos, os pido perdón a todos!..
   En momentos de debilidad me equivoque y traicioné a mi alma y a la vida que es sagrada..
   Pero me arrepiento del dolor que he generado y os pido perdón...
  Que en nombre de Dios y de mi alma me perdonéis mis pecados, ¡por favor!...¡ Por favor!...

  Miraba desde las nubes a todos los seres grises, y ni se inmutaron, hasta mi voz me parecía falsa. No se movieron, no se fueron, no se quedaron, allí seguían de pie sin perdonarme...y le dije a Raphaela
  - Nunca me van a perdonar...¿ Que debo  hacer?...

  De pronto sentí que debía  bajar, que tenía que estar con ellos y fui.

  Comencé a pasear entre ellos y les suplicaba uno a uno, pero todos me ignoraban, algunos me miraban a los ojos pero solo odio y desprecio salía de sus miradas, pero no me perdonaban.

  Entonces me senté en el suelo y me dije:          
  - Pues de aquí no me muevo hasta que se solucione esta situación.

  Pero no había manera, me sentía incomodo entre las sombras y no veía solución al conflicto, pensaba si  verdaderamente merecía el perdón y si era mi arrepentimiento auténtico...

  Entonces escuché a Raphaela que me llamaba y fui hacia ella. Cuando llegué, me contó que esos seres que observaba eran solo la parte afectada conmigo, que la totalidad de esos seres estaba en otros lugares, en otras vidas y ejerciendo otras funciones, pero que la parte que tenía el conflicto conmigo era la que estaba cristalizada en esa nube.

 Yo volví a mirar hacia ellos y para mi sorpresa vi que se empezaban a desintegrar, uno a uno en un polvo gris que se desparramó por todas las nubes cambiándolas a un color ceniza. 

  Así fueron desapareciendo, hasta que solo quedo uno encarado hacía mi. El suelo comenzó a absorber la suciedad y las nubes volvieron a ser blancas.

  Raphaela me indicó que fuese a contactar con ese ser, y así lo hice.

 Cuando llegué a él me percaté que era yo mismo de color obscuro. Me quedé paralizado por la impresión, mirándole a los ojos...Uno al otro nos observamos y nos sentimos en el infinito. Había mucho dolor acumulado en ambos.

   Fuí caminando despacio, sentía miedo y angustia.  A medida que me acercaba, iba reconociendo los rasgos en su rostro.  Entonces me di cuenta de que él era yo, era mi yo obscuro, en ceniza. Sus ojos estaban repletos de dolor y odio hacia todo...nos quedamos mirándonos a los ojos sintiendo nuestra ancestral conexión.

  Poco a poco nos fuimos aproximando, uno al otro, y nos abrazamos lentamente. Sentía como nuestros cuerpos se fusionaban mientras giraban y giraban, nos pusimos a llorar y nos pedimos perdón mutuamente, hasta que nos integramos en un solo ser. 

  Tú eres yo, yo soy tú
Somos lo mismo
Y debemos de estar unidos
En el bien y en el mal

Ya nunca más te dejaré solo
Y yo volví a él
Y el volvió a mi
Y fuimos uno
Y el uno elevó su consciencia.

  Volví con Raphaela que me esperaba con su infinita paciencia y me preguntó como me encontraba, y yo le contesté que me sentía triste y confuso...ella me comento que era normal y que ya se me pasaría...Despacito me acompañó hasta la pasarela y volví a casa.

  No se si esta experiencia haya servido para que esas entidades a las que he dañado me perdonen... Espero que si.

  Me cuesta entender el porque nos hacemos tanto daño, porque la humanidad se ataca entre si con tanta fuerza...

  Se que la tierra es una escuela de almas y que hemos venido a aprender y a evolucionar. Pero cuando a uno lo encaran con su propia obscuridad y el dolor que ha causado a través de su existencia, se hace todo un poco difícil y complicado.

  Solo tengo la consciencia clara que deseo redimir mis faltas y encontrar el perdón.

  Por eso vuelvo a suplicar sinceramente que me perdonéis todos los seres a los que he producido en mi ignorancia, dolor y obscuridad...

  Y me pido perdón a mi mismo, abrazado a mi propia obscuridad interior en mi silencio.

  Solo me queda mirar al cielo y esperar a que suceda el milagro y mis pecados se diluyan en el infinito...

Amen